1 Reyes 21
Acab es el ejemplo de
un hombre vacilante, que por momentos parece estar listo para cambiar, pero que
se deja “apapachar” por su mujer, quien a su vez lleva a cabo acciones sumamente
injustas. En este capítulo Jezabel usa su influencia y usurpa la autoridad del
rey (que él le cede), para matar a alguien que le estorba a las ambiciones de
su marido. Dios ve esto con sumo desagrado y decide castigar a ambos, pero Acab
muestra aflicción y arrepentimiento y por el momento el castigo solo queda confirmado
para la siguiente generación.
1 Reyes 22
Acab continuó viviendo
de la misma forma necia que antes, al grado de que ahora se involucró en una
guerra, innecesaria y a la cual arrastro a su homólogo Josafat de Judá, que le
costó la vida. Todo esto no sin antes haber sido engañado por un espíritu de
mentira en todos sus profetas y
advertido por el profeta Micaías. En su perverso plan dirigió los ataques hacia la persona de Josafat, pero
Dios se encargó de que más bien Acab recibiera su merecido. Ocozías el hijo de Acab siguió su mal ejemplo
e hizo lo malo ante los ojos de Dios.
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