lunes, diciembre 26, 2011

Efesios 1-6. Lo que somos y nuestra responsabilidad.

Efesios 1.
Dios nos escogió y predestino para que alabemos la gloria de su gracia. Nos escogió para sus propósitos y ya nos ha colmado de bendiciones celestiales, algunas ya las disfrutamos ahora y otras será hasta el siglo venidero, es decir en el cielo. Participamos de la herencia de Jesucristo y tenemos como señal de que recibiremos todo lo que heredamos, el sello del Espíritu Santo en nuestras vidas. El apóstol ora por esta congregación, pidiendo sabiduría y revelación, para que así conozcan todo lo que Dios quiere que conozcan, especialmente de Cristo quien es la cabeza de todo.
Efesios 2.
El nos otorgo salvación por gracia. Para recibir esta es necesario creer en Jesucristo y su sacrificio por nosotros. No hay obras propias que alcancen a salvarnos. Ahora que hemos sido rescatados debemos andar en buenas obras porque estas son para que nosotros las llevemos a cabo. EL sacrificio de Jesús hizo de los dos pueblos (judíos y gentiles) un solo pueblo para Dios. Esto es un privilegio que no merecíamos y que debe despertar en nosotros gratitud. Ahora somos parte de un edificio espiritual que tiene como piedra principal a Jesucristo y como base los apóstoles y profetas.
Efesios 3.
Pablo nos recuerda que este plan de Dios de traer salvación a los gentiles no había sido revelado antes de Jesús. Por eso los gentiles en esta tierra que han venido después somos privilegiados. El alcanzar a los gentiles requiere de enviados que lleven las buenas nuevas, y Pablo se confiesa el apóstol para ello. La oración de Pablo es que seamos llenos de la plenitud de Dios. Para lo cual se requiere ser fortalecidos interiormente e ir entendiendo las maravillas del amor de Dios en todas sus dimensiones y alcances.
Efesios 4.
Para crecer como cuerpo necesitamos varias cosas. Primero que seamos pacientes, humildes y amorosos (entre otras cosas) unos con otros. Se requiere que consideremos la estructura sobrenatural en base a los dones que cada quien tienen para edificarnos unos a otros. Y se necesita el crecimiento individual que tiene a la perfección de Cristo. Tal crecimiento implica dejar de ser llevados por doctrinas equivocadas y ser capaces de vivir una vida renovada de pureza y santidad. Dejando las practicas que teníamos sin Cristo.

Efesios 5.
Las recomendaciones de este capítulo son muchas y efectivas para el crecimiento. Guardarnos de las obras de la oscuridad, y por lo tanto andar en luz es necesario en un hijo de Dios. No hablar siquiera de tantas cosas sin sentido y de las costumbres pecaminosas, como inmoralidad sexual, la avaricia y la inmundicia son consejos prácticos. Además se insta a no desperdiciar el tiempo porque los días son malos. Someternos unos a otros es otra indicación que nos ayudara ser un cuerpo y mantenernos con corazón humilde. El comienzo de ello se encuentra nada menos que en la familia, y comienza con el esposo amando a su esposa, como Cristo amo a su iglesia.

Efesios 6.
Los padres disciplinen a los hijos, los hijos obedezcan a los padres, los siervos obedezcan a sus jefes y los jefes no abusen de sus trabajadores. Estas son las recomendaciones para alcanzar y mantener verdadera unidad de cuerpo. Dios también nos ensena aquí la importancia de mantenernos alertas y siempre hablar al verdad, tener fe, confiar en su salvación, conocer la palabra, predicar las buenas nuevas y vivir justamente, todo esto es parte de una armadura espiritual que nos ha sido dada y que no permite que los ataques del enemigo nos destruyan. La oración y suplica en el espíritu debe acompañar todas estas cosas y podremos andar en victoria.

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