miércoles, abril 13, 2016

Deuteronomio 27 y 28

Deuteronomio 27
Al entrar a la tierra de la promesa, lo primero que tenían que hacer era levantar un símbolo que les recordara los mandamientos que deberían de regirles como pueblo. Siempre hagamos algo que nos recuerde de un momento de encuentro con Dios, de pacto o en el cual nos comunica una palabra personal que marca nuestro destino. Después de ello, viene la declaración de ellos con la cual convienen en que aquel que incumpla esta ley será maldito. Es muy fuerte pero es una declaración que cierra el acuerdo con sus respectivas consecuencias. A ello hace referencia Pablo cuando habla de la maldición sobre todo aquel que quebranta un mandamiento.

Deuteronomio 28

Una descripción muy gráfica de lo que implica la maldición a lo que se harían acreedores por negarse a obedecer los mandamientos que habían aceptado cumplir, les deja claro a lo que se atenían. La otra descripción la de la bendición, mucho más corta pero motivante. Estas cosas se cumplieron cuando Israel respectivamente cumplió su pacto y lo quebranto.

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