Josué 13
La repartición de la
tierra implicaba que cada tribu, tenía que luchar para conquistar lo que Dios les había asignado.
Dios incluso prometió pelar por ellos o con ellos en sus batallas, pero ellos
tenían que prepararse y enfrentar al enemigo. En ese momento, todos los
Israelitas cabían perfectamente en el territorio que estaban ocupando, pero
Dios les quería recordar que lo prometido era mucho más, para que se esforzaran
por ello.
Josué 14
Nos narra más de la
repartición de tierra, que junto con la del capítulo anterior especifica hasta
donde tenían que conquistar cada una de las tribus, según su tamaño y según lo
que Dios había estipulado para ellos. Destaca Caleb, como un hombre muy
persistente, fuerte, y paciente. A este Dios le permitió tener la fuerza para
junto con su familia ir y conquistar la tierra que estaba habitada por
gigantes, lo cual, para el valeroso Caleb no fue un problema, pese a sus ya 85
años. Ninguna edad es pretexto para retirarse de la conquista, especialmente, la
del territorio del corazón humano, siendo ganado para el Señor.
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