sábado, abril 23, 2016

Josué 7 y 8

Josué 7
La desobediencia de un hombre, que fue conquistado por su deseo, particularmente la ambición, costo más de 30 vidas. Más adelante trajo consecuencias fatales sobre toda su familia.
La desobediencia y  el pecado no son cosa de juego, si bien una confesión de quien hace lo indebido parece ser algo bueno, algunas veces viene muy tarde.

Josué 8

La ciudad-nación de Hai, fue completamente destruida, mediante una estrategia que Dios le mostro a Josué. Hay que notar, que cuando se ejecutó el juicio contra el que había desobedecido, los planes de victoria comenzaron a fluir de nuevo. Josué obedeció las instrucciones, mientras que Acán, ya no estuvo para tomar botín en esta batalla donde si les era permitido. La ambición de Acán lo destruyo a solo unos días de obtener de manera correcta lo deseado. La parte final del capítulo nos relata la ceremonia entre El pueblo y Dios guiada por Josué y en obediencia a las instrucciones previas de Moisés para en cuanto entraran a tierra de Caanán. Josué se caracterizó por su obediencia y rectitud.

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