Josué 7
La desobediencia de un
hombre, que fue conquistado por su deseo, particularmente la ambición, costo más
de 30 vidas. Más adelante trajo consecuencias fatales sobre toda su familia.
La desobediencia
y el pecado no son cosa de juego, si
bien una confesión de quien hace lo indebido parece ser algo bueno, algunas
veces viene muy tarde.
Josué 8
La ciudad-nación de
Hai, fue completamente destruida, mediante una estrategia que Dios le mostro a
Josué. Hay que notar, que cuando se ejecutó el juicio contra el que había
desobedecido, los planes de victoria comenzaron a fluir de nuevo. Josué obedeció
las instrucciones, mientras que Acán, ya no estuvo para tomar botín en esta
batalla donde si les era permitido. La ambición de Acán lo destruyo a solo unos
días de obtener de manera correcta lo deseado. La parte final del capítulo nos
relata la ceremonia entre El pueblo y Dios guiada por Josué y en obediencia a
las instrucciones previas de Moisés para en cuanto entraran a tierra de Caanán.
Josué se caracterizó por su obediencia y rectitud.
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