Nehemías 5.
Llega una protesta a oídos de Nehemías. Los de menos recursos entre el pueblo se quejan porque han sido víctimas de los prestamistas en tiempo de necesidad. Sus deudas les han hecho perder todas sus propiedades y en algunos casos a hasta sus hijos. Como es la costumbre de Nehemías, medita en lo que escucho y oro antes de accionar. En una convocación a todos los ricos expone lo injusto que es lo que han estado haciendo y los llama a perdonar las deudas y restituir lo tomado de sus deudores. Es impresionante que todos acepten la propuesta, sin embargo muy probablemente fue el ejemplo de Nehemías mismo liberando a sus deudores lo que los influencio a hacerlo.
Nehemías 6.
La oposición de sus ya conocidos enemigos se intensifica. Tratan de intimidarle por medio de cartas amenazadoras llenas de chismes y mentiras. En todo tiempo Nehemías se niega a salir a verlos fuera de la ciudad y exponer así no solo su vida sino la misión para la cual él se encontraba ahí. Nehemías levanta una oración otra vez para que Dios vea lo que sucede y continúa trabajando con sabiduría. Termina el muro dando así un testimonio poderoso de su fe a todos los que le rodeaban, así judíos como extranjeros.
Nehemías 7.
Es un recuento hecho por Nehemías de los que habían regresado desde que fueron llevado a Babilonia. Números precisos de la gente que se encontraba ahí eran necesarios en una estrategia prudente de organización en caso de ataque. Eran miles pero en realidad para el tamaño de la ciudad eran pocos. Además de contarlos se menciona la forma en que porteros, cantores, levitas en general y sacerdotes ahora llevan a cabo sus respectivas actividades. La parte final de este capítulo menciona dos cosas importantes. LA OFRENDA GENEROSA QUE DAN LOS PRINCIPALES DEL PUEBLO A DIOS inmediatamente después del censo y LA INTRODUCCION A LA LECTURA DE LA LEY A TODO EL PUEBLO.
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