viernes, enero 15, 2016

Gémesis 25 y 26

Génesis 25
Abraham tiene más descendencia, a través de su siguiente esposa. Muchos son los hijos de Abraham, que no entraron en la promesa, aunque también fueron bendecidos. Abraham antes de hacer heredero a Isaac da regalos y manda lejos a los otros hijos, asegurándose del bienestar de su hijo de la promesa.
Ismael también tiene una descendencia poderosa, y desde el principio una descendencia hostil con sus hermanos y vecinos, tales características persisten  en los descendientes que quedan.
Cuando muere Abraham curiosamente son Ismael e Isaac juntos, quienes lo entierran.
Isaac clama a Dios y él le responde permitiendo a su esposa Rebeca tener hijos.  Comienza un nuevo capítulo, el del hijo mayor que es “desechado “para que herede el menor. Pero también la del hijo menor que desprecio la herencia y no la pudo recuperar. Isaac fue astuto y supo negociar, pero también fue visionario y amo la bendición aunque en ese momento implicaba solo palabras.

Génesis 26
Isaac repitió el error de su padre Abraham, y Dios tuvo misericordia también de él, a pesar de sus errores. Podemos tomar de este pasaje, el aprendizaje de como nuestros malos hábitos son aprendido, imitados, y de alguna manera heredados a nuestras generaciones, especialmente si no trabajamos en superarlos.

Abimelec se siente ofendido por la falta de sinceridad de Isaac, independientemente de que esta fuera basada en temor. Dios sin embargo actúa a favor de Isaac y le da gracia ante Abimelec, de tal manera que llegan a hacer un pacto. Después de dicho pacto surgen altercados entre sus siervos, que al final se solucionan gracias a la paciencia y tolerancia de Isaac, que da nombre al pozo por el cual no hay más pleito en honor a Dios por haberle permitido tener paz.

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