jueves, enero 28, 2016

Malaquías 1 y 2

Malaquías 1
A Dios no se le puede ofrecer mediocridad. La mentalidad de que se vaya así, de que no pasa nada, y de lo importante es dar algo no va con el Señor.
Es interesante que a la hora de responder al pueblo que pregunta cómo les ha amado, el responde al decir que los amo, mientras que desprecio al pueblo hermano. Es decir, la respuesta del Señor les muestra que ellos no hicieron nada para merecer un mejor trato que el pueblo de Edom. De esta manera queda claro que la ingratitud produce una vida de entrega mediocre y de desprecio por los mandamientos y exigencias del  Rey de todo.
Malaquías 2
Que fuerte habla Dios a través del profeta Malaquías. El habla honorablemente de los levitas, pero deshonra a los sacerdotes, ya que estos no dirigieron al pueblo con imparcialidad, además de que lo mal aconsejaron. Por otro lado se reprende la infidelidad conyugal, y no recuerda cuanto Dios la aborrece, al grado de no responder las oraciones de los infieles. Me gusta mucho que Dios define el propósito o llamado principal del hombre, levantar una familia en donde los hijos aprendan a temer a Dios, literalmente que vivan para él.

Finalmente Dios nos da a conocer su molestia con las personas que dicen que las malas acciones de la gente no molestan al Señor y que él está bien ellos actuando así.

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