Éxodo 15
Éste capítulo es uno
de los más alegres dada la cercanía con la gran salvación que Dios había
provisto a su pueblo, estaban felices, cantaban con gozo de lo que Dios había
hecho por ellos. En su canción tuvieron un parte importante Moisés y su
hermana, sin embargo todos cantaron esas estrofas que declaraban con entusiasmo
que la gente de las regiones a donde se dirigían estaría temblando de temor de
saber que este pueblo, al que Dios protegía venía hacia ellos. Pronto encontraron una primera dificultad y
con esa misma prontitud Dios trajo respuesta. Este capítulo cierra con la
alegría de haber encontrado manantiales y palmeras en donde refrescarse,
hidratarse y descansar. Dios mostrándoles su fidelidad paso a paso.
Éxodo 16
Como suele suceder,
este pueblo que Dios había estado cuidando se empezó a quejar por falta de
cosas que se les antojaban, no necesidades, sino deseos. Los deseos siempre
juegan un papel en la frustración, y ésta en la queja. Aun así Dios fue tan
bueno para proveer mana y codornices. Estos dos alimento eran provistos por
Dios y representan la provisión de Dios aun en el más difícil desierto, y aun
cuando por nuestra propia voluntad estamos sufriendo de “hambre”. Digo esto
último porque pronto veremos que los Israelitas traían consigo mucho ganado,
pero no estuvieron dispuestos para organizarse con el fin de consumirlo.
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