lunes, febrero 15, 2016

Éxodo 33 y 34

Éxodo 33 y 34

Prácticamente se tienen que leer y entender juntos, porque son parte de una larga conversación entre Moisés y Dios.
Nos deja varias lecciones, entre ellas, la de que Dios no se complace con compartirnos, nos cela y aborrece todo aquel que pone a alguna otra cosa en el trono de su vida o en el lugar de adoración. El grado al que nos cela puede causar que el aleje su presencia de forma definitiva. Moisés sin embargo había complacido a Dios, y ahora Dios le ha mandado decirle al pueblo que él no ira con ellos, pero a la vez, le dice a Moisés que estará siempre lo acompañara. Otra cosa importante que prendemos es el poder de la intercesión de un justo. Moisés logra convencer al Señor de que vaya con ellos. Lo hace en medio de una interesante conversación en donde confirmamos el especial agrado a Dios que causaba Moisés y en la cual le pide esté  último al Señor que le muestra su rostro, su gloria. Dios de manera increíble accede a mostrarse a Moisés, aunque cubriéndole, protegiéndole y mostrándole solo su espalda. Finalmente Dios le recuerda la importancia de que los Israelitas no se mezclaran con los habitantes de la tierra en la cual entrarían, ya que esto causaría la apostasía de la nación.

El enfoque en el Señor, se mantendría con la ayuda de la celebración de tres festivales anuales dedicados a Dios y la preservación del día sábado como un día dedicado al descanso y al Señor.

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