miércoles, febrero 03, 2016

Éxodo 7 y 8

Éxodo 7
Comienzan las plagas como manifestación del despliegue del poder de Dios. Desde esta plática previa a las plagas con el faraón, los encantadores hacen uso de sus prácticas con el objeto de replicar las señales que Moisés y Aarón hacían y minimizar el impacto de estas sobre faraón. El resultado es un faraón que no deja ir al pueblo. Aprendemos que el enemigo siempre será un imitador, un falsificador del poder que Dios tiene. La primera plaga debido al orgullo egipcio les da en su vanidad, porque se quedan sin agua y tienen que soportar el horrible olor a sangre en su río predilecto, el que adoraban como a un Dios.
Éxodo 8
Las ranas, que también ocupaban un lugar de veneración en la cultura Egipcia, fueron sujetas a la orden de Dios y se convirtieron en la segunda plaga que azoto Egipto.

Los mosquitos son tan pequeños pero tan  molestos y fueron la tercera plaga.  La plaga  que no pudieron imitar con sus encantamientos, los egipcios, aun  después de que Moisés oró y la plaga se detuvo, faraón endureció su corazón y tuvo que venir la cuarta plaga, la de tábanos. Esta fue la primera que solo cayó sobre egipcios pero no sobre la región de Gosén en donde vivían los hijos de Israel.

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