domingo, febrero 14, 2016

Éxodo 29 y 30


Éxodo 29
No era el aceite en sí mismo, ni tampoco los sacrificios de consagración lo que hacía sagrado a un sacerdote, al lugar de adoración o al pueblo, era la presencia gloriosa de Dios, según el verso 43. Todo lo demás era preparación para ello. Hace algunos años compartí algunos pensamientos basados en este capítulo y considero que la consagración con sangre para los sacerdotes, tenía un posible significado: La oreja podía significar que consagraban sus oídos, y todo a lo que se expusieran, el dedo gordo de  la mano podía ser las acciones, y el del pie podía representar todo lugar a donde fueran.
Éxodo 30
Las actividades de los sacerdotes tenían que ver con el honor a Dios, y como el libro de apocalipsis nos muestra, tal parece que el incienso es símbolo de oración. Así,  los sacerdotes del nuevo pacto podríamos tener un llamado a la oración y a la búsqueda del espíritu (representable con el aceite para las lámparas). Dios los llamo a tener comunión constante con a través de ofrecerle incienso y mantener encendidas las lámparas, pero estableció tiempo determinados en las mañanas y en las tardes. Entre más planeamos nuestro tiempo con Dios, más probable es que veamos fruto de ello.


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