viernes, marzo 11, 2016

Hageo 1 y 2

Hageo 1
Un llamado de atención, en aquel entonces,  los líderes y a todo el pueblo, por estar mucho más ocupados en hacer sus casas más bonitas, mientras la casa de Dios o el lugar de adoración a Dios se encontraba descuidado o de plano destruido sin que buscaran reconstruirlo. Se les animo a meditar en sus caminos y actuar en consecuencia. Dios les estaba además dando una explicación de porqué no veían tanto fruto de su trabajo y esfuerzo como debían.
Me lleva a considerar cuanto me ocupo de arreglar mi casa física más que mi casa espiritual que es el templo de Dios. También me hace pensar en cómo trato las cosas en la congregación. ¿Las cuido como si fueran las cosas de mi propia casa? Como dijo el Señor por medio de Hageo, debo meditar en mis caminos.

Hageo 2
Si Zorobabel que era el gobernador en medio de tiempos muy difíciles, y Josué que era el sumo sacerdote, habían hecho algo bien, había sido obedecer y poner LA PRIMERA PIEDRA, de la reconstrucción de la casa del Señor. Esta diligencia fue rápidamente recompensada con una promesa de Dios de bendición que se vería en sus cosechas y en la abundancia. La otra promesa era que la gloria del lugar que estaban edificando sería mayor que la que había tenido antes. Muchas veces las personas que vivieron alguna experiencia extraordinaria o mover de Dios, se resisten a lo nuevo o lo comparan con lo viejo menospreciando lo que Dios está haciendo en el presente. Esa forma de pensar no es buena.
También este pasaje nos muestra la promesa de que vendría el deseado de las naciones, que era una profecía mesiánica, que además venía acompañada de otra promesa, la promesa de paz.

¿Qué actitud y que expectativa tenemos de lo que Dios está haciendo en el presente? 

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