Hageo 1
Un llamado de
atención, en aquel entonces, los líderes
y a todo el pueblo, por estar mucho más ocupados en hacer sus casas más
bonitas, mientras la casa de Dios o el lugar de adoración a Dios se encontraba
descuidado o de plano destruido sin que buscaran reconstruirlo. Se les animo a
meditar en sus caminos y actuar en consecuencia. Dios les estaba además dando
una explicación de porqué no veían tanto fruto de su trabajo y esfuerzo como
debían.
Me lleva a considerar
cuanto me ocupo de arreglar mi casa física más que mi casa espiritual que es el
templo de Dios. También me hace pensar en cómo trato las cosas en la congregación.
¿Las cuido como si fueran las cosas de mi propia casa? Como dijo el Señor por
medio de Hageo, debo meditar en mis caminos.
Hageo 2
Si Zorobabel que era
el gobernador en medio de tiempos muy difíciles, y Josué que era el sumo
sacerdote, habían hecho algo bien, había sido obedecer y poner LA PRIMERA
PIEDRA, de la reconstrucción de la casa del Señor. Esta diligencia fue rápidamente
recompensada con una promesa de Dios de bendición que se vería en sus cosechas
y en la abundancia. La otra promesa era que la gloria del lugar que estaban
edificando sería mayor que la que había tenido antes. Muchas veces las personas
que vivieron alguna experiencia extraordinaria o mover de Dios, se resisten a
lo nuevo o lo comparan con lo viejo menospreciando lo que Dios está haciendo en
el presente. Esa forma de pensar no es buena.
También este pasaje
nos muestra la promesa de que vendría el deseado de las naciones, que era una
profecía mesiánica, que además venía acompañada de otra promesa, la promesa de
paz.
¿Qué actitud y que
expectativa tenemos de lo que Dios está haciendo en el presente?
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