Números 21
Este capítulo nos menciona algunos de los reyes y naciones que fueron
derrotados por Israel bajo el mando de Moisés. Inicialmente, ellos solo
pensaban pasar por en medio de esos pueblos, pero estos no se los permitieron y
les atacaron. Como resultado Israel se apodero de ciudades que todavía no
estaban en el destino final que Dios les tenía. Aun así eran territorios de Canaán,
o considerados parte de.
En medio unas y otras luchas, tuvieron que recorrer desierto, y una vez más
el pueblo se quejó, de manera que Dios decidió castigarlos con un ataque de
serpientes venenosas. La intersección de Moisés por ellos provoco que Dios les diera una solución.
Aprendo que en medio de las luchas más fuertes Dios esta con migo, pero también
aprendo que entre estas puede haber momentos de profunda necesidad, y que no es
conveniente tomar una actitud quejumbrosa en ellos, pues esto no producirá bendición
de Dios.
Números 22
Cuando el Pueblo de Israel tuvo un pozo para beber, entono canciones de
alabanza. Ellos se a veces se quejaban y sufrían tremendo daño y luego, cuando
estaban contentos, hasta componían canciones a Dios.
Baalam y Balac son dos personajes interesantísimos. El primero es un rey
pagano y el segundo es algún tipo de vidente que por alguna razón tenía
autoridad para bendecir y maldecir, así como escuchar la voz de Dios. Dios
intervino para no dejarlo maldecir a Israel, sin embargo en algún punto, debido
a la avaricia decidio ir con Baalac e insistió en buscar la manera de maldecir
al pueblo de Dios, solo para toparse con el Señor y que una burra, si una burra
le mostrara que había en el camino un ángel que él no había podido ver.
Como en otra ocasión lo he dicho, aquí se reitera que a veces en nuestra
insistencia Dios cede, pero aún así no hay garantía de que todo vaya a terminar
bien, dado que decidimos hacer algo distinto de la voluntad de Dios.
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