Levítico 25
Estas normas son muy
interesantes. A través de estas funcionaba una economía muy equilibrada y hasta
ecológica, por así llamarla. No era posible que al cabo de varios años, pocas
familias fueran dueñas de los bienes que permitían la producción, por lo tanto
lo que actualmente sucede, de que unas pocas familias poseen la mayor parte de
la riqueza no era posible. Había libertad para aumentar el patrimonio, pero no
de manera permanente y no con los benes de producción. Por otro lado la tierra
obtenía su descanso de ser utilizada para siembra permitiendo así que no
perdiera sus propiedades.
La parte relativa a
los esclavos contemplaba derechos para los Israelitas que no eran comunes en
sus tiempos, si bien hoy en día la esclavitud en si misma sería inaceptable, en
aquella época el tratar a un esclavo como a un obrero era un gran avance en
materia de sus derechos.
Concluyo que si
algunos de estos principios de la dignidad humana, del respeto por la
naturaleza y del equilibrio en la distribución de la tierra se aplicaran hoy, tendríamos
en general un sistema social y económico más eficiente.
Levítico 26
El castigo por desobedecer los mandatos del
Señor, por no santificar un día para él y por no dejar descansar la tierra
aumenta progresivamente. Da tal manera que cada castigo muestra una oportunidad
para la confesión de sus faltas y el arrepentimiento. Es triste saber que todos
esos castigos recayeron sobre los Israelitas, y que de hecho estuvieron fuera de
su tierra tantos años como el campo necesito para recuperarse de su falta de
descanso. Por otra parte frente a ellos estaba la bendición, para la cual solo
requerían obedecer estas instrucciones. Con ello garantizaban la abundancia, la
prosperidad y la salud. Ahora que estamos en Cristo somos llamados a obedecer
su dirección, en la cual abundantes promesas son recibidas aunque muchas de
ellas son de otra naturaleza, una naturaleza eterna.
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