Números 11
Es difícil hacer un comentario breve por los varios temas del capítulo:
Primero hay una lección acerca de la queja y la murmuración. Estas dos
cosas provienen de un corazón ingrato y de oír a la gente sin temor de Dios. Si
bien, podemos ver la bondad de Dios al concederles carne, también es notable
que les castigo fuertemente y muchos murieron, unos inmediatamente antes de la
queja y otros cuando recibieron de parte de Dios lo deseado. Parece que el
dicho de cuidado con lo que deseas porque se te puede conceder no esta tan mal.
Creo que de igual forma hay caprichos que se nos conceden pero eso no significa
que están bien. La idea de que si Dios me lo permitió está bien es muy
peligrosa. Un corazón ingrato se queja
aun comiendo pan de milagro.
El otro asunto del que aprendemos es de la necesidad que tienen los
líderes de apoyo, y que cuando aquellos a quienes dirige son más difíciles, más
apoyo de gente fiel y también capacitada por Dios se requiere. En los momentos
de crisis, Dios concedió dones que respaldaban a los que ayudaban al pastor de
ese gran rebaño de Israel.
Números 12
Aprendo más acerca de la murmuración. El ser cercano, incluso familiar
de alguien en autoridad, tampoco me autoriza para murmurar contra tal persona.
Yo he cometido este error en el pasado y me he arrepentido. Aquí no hubo una
charla con Moisés en donde se le hacía ver áreas de oportunidad, como lo hizo
Jetro su suegro con él. No, aquí se criticó a Moisés en algo que no necesariamente era
cuestionable y se llevó a cabo a sus espaldas, para después buscar ser
considerados como líderes. Murmuración no es solo el desacuerdo o el exponer
puntos de vista diferentes, es la crítica que destruye o expone supuestas
faltas de la autoridad. Mirian tuvo sus consecuencias, pero gracias al clamor
de Aarón y después a la oración de Moisés llego a sanar, no sin antes tener que
enfrentar la consecuencia pública de que Dios desaprobó su acción. ¿Tenemos cuidado con lo que hablamos de otros,
especialmente en autoridad? Que Dios nos ayude a guardar nuestra lengua y ser
colaboradores fieles.
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