domingo, mayo 15, 2016

Jueces 19 y 20

Jueces 19
Una sola historia, para ilustrar lo que sucede a una sociedad que cierra la puerta  a Dios, para abrirla a toda clase de idolatría. Una tribu que dejo que sus pasiones fueran las que gobernaran su forma de vida. El resultado fue una multitud de perversos queriendo dar tienda suelta a sus más bajos deseos sexuales, y por las formas culturales, no recibieron al hombre que deseaban para hacer de las suyas, sino a una mujer. Es difícil si quiera leer esto. Pero así sucedió, y este hombre que era el viajero cuya concubina fue violada a más no poder fue igualmente drástico para mandar una señal de protesta por el abuso sufrido.

Jueces 20
Este es un pasaje que parece de película bélica, inspirada en la venganza. Por un lado Israel perdió cerca de 40 000 guerreros en dos días, frente a un ejército de más o menos 25 000. Dios les había dicho que si llevarán a cabo aquella guerra de justicia y ya habían tratado de negociar, mediante una petición para que les entregaran a los hombres perversos que habían cometido las fechorías contra el levita y su concubina. Los de Benjamín prefirieron pelear.

Si bien no todos los Israelitas andaban muy bien que digamos, lo de Benjamín excedía la maldad que estaban acostumbrados a ver. El hambre de justicia los llevo a buscar a Dios en su encomienda de masacrar a los de Benjamín. Con persistencia, lograron hacerlo después de un par de batallas y fue tal el deseo de venganza y el enojo acumulado que prácticamente mataron a todos los integrantes de la tribu.

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