jueves, enero 06, 2011

Genesis 15, 16 y 17.

Genesis 15 es una descripción muy especifica de las promesas que Abram recibe de parte de Dios. Desde el principio del capitulo la bendición brota entre las líneas cuando se relatan muchas promesas. Protección (soy tu escudo), Bendición (tu recompensa será muy grande) y una exhortación (No temas).

Dios mas allá de eso se dirige a Abram con detalles acerca de la tierra que poseerá su descendencia y los pueblos que serán quitados de aquella región para que la promesa se cumpla.

El verso 6 6 Abram creyó a Jehová y le fue contado por justicia.

Nos permite ver como la fe es no medianamente o poco importante para el Señor sino muy importante. Nos cuenta por justicia. Una serie de sacrificios esta vez pedidos por Dios se llevan a cabo por Abram creando un ambiente de ofrenda y adoración así como de pacto que permite la confirmación de las promesas de Dios.

También se le da a conocer a Abram el tiempo de esclavitud que padecerán sus descendientes y su posterior liberación.

Podemos aprender del capitulo 16 o lamentable que es cuando escuchamos la voz de alguien que no ha creído como nosotros. Nos influye y nos puede llevar a ceder. Las consecuencias fueron tan graves que sangre sigue siendo derramada todos los días hoy en pleno 2011 por esta causa.

El lado imperfecto y humano, hasta pecador, de Abram se deja ver en este capitulo. Es i portante ver que Dios le dice a Agar como se llamara su hijo, y no es ella quien le da el nombre a el niño, sino Abram.

Después de haber tenido un hijo producto de su pobre carácter a los 86 años viene una renovación de la promesa en el capitulo 17. Aquí vemos a Dios como el misericordioso señor que no desecha a aquellos que se han equivocado. Que da nuevas oportunidades y renueva pactos. La circuncisión es un pacto en la carne que se conserva entre la tradición judía incluso contemporánea. Abram ya no es mas Abram. Dios le cambia el nombre a Abraham, como una doble señal (por así decirlo ) de que su promesa de dar descendencia a través de Saraí, ahora Sara.

Nótese que Abraham se ríe por un momento. Solo que Dios le tiene paciencia y reafirma su pacto con mayor precisión Siempre nos acordamos de la risa de Sara pero no la de Abraham. El fue un hombre con fallas pero cuya fe se renovaba y manifestaba de un amanera tal que alcanzo las promesas de Dios.

Aprendamos de la fe persistente de Abraham.

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