Salmos 50.
Dios es juez justo y dará su recompensa a todos. El pide la atención de todos en la tierra. Él como juez justo quiere que todos sepan como obra su justicia. El recibe las alabanzas y los sacrificios pero demanda que se le de acción de gracias. Que ordenemos nuestros caminos es lo que se requiere para ver la salvación.
Hay muchas verdades profundas en este salmo como: “pacto con sacrificio” es lo que dan los que el llama santos. O que la salvación será mostrada como ya dijimos a quienes ordenan su camino. Además dice que son impíos los que ignoran sus palabra, desobedecen y aborrecen la disciplina. Así mismo los que calumnian, se complacen con el ladrón o se asocian con el adultero.
Salmos 51.
Esta es una expresión de un hombre verdaderamente arrepentido. Un hombre que repite una y otra vez “lávame”. Solo alguien que conoce a Dios y a su santidad se expresa con ahínco de la manera que David lo hace en busca de misericordia. El ruega por misericordia pues sabe que su pecado lo puede hacer salir para siempre de la presencia de Dios. ¿Cuándo pecas oras pidiendo perdón con una actitud como la de David? El pide a Dios ayuda para tener un espíritu recto y “crear” un corazón limpio en el.
Salmos 52.
El problema de los ricos no es su riqueza, pero si confían en sus riquezas y no en Dios están fritos. David lo dijo de manera poética cuando sus muy ricos enemigos no se sujetaban a Dios y lo perseguían injustamente. Sin embargo David se describía a si mismo como quien era como “olivo verde” en la casa de Dios.
Salmos 53.
La esperanza del día del Señor, cuando salga la salvación de Sión era un fundamento de la fortaleza de Israel. Aunque estuvieran oprimidos. Aunque los necios tuvieran el poder ellos podían tener esperanza, porque tenían promesa de Salvación.
Salmos 54.
Una y otra vez David hace los mismo. Clama cuando sus injustos enemigos lo persiguen. Pide ayuda a Dios y le alaba por la derrota de sus enemigos como si ya hubiera ocurrido. Eso es decretar por fe.
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