jueves, junio 30, 2011

Salmos 145-150. Alabar es un mandato.

Salmos 146.
Aleluya es: Alaba a Dios. David enseña que nuestra ayuda debe ser Dios y no los hombres. Cuando confiamos en su ayuda veremos respuesta pues el cuida de os afligidos así de los huérfanos como de los extranjeros. Por eso en este salmo David dice otra vez: Oh alma mía alaba al Señor. Cantare alabanzas mientras exista.

Salmos 147.
El Dios creador de las estrellas, las cuenta y les pone nombre. El es el Dios que tiene conocimiento infinito y atiende a los necesitados. Ese mismo Dios poderoso es el Dios de Israel a quien deben de alabar. Ahora mismo detente un momento contempla las estrellas si es de noche y la creación a tu alrededor si es de día y adórale.

Salmos 148.
Los cielos, los ángeles, los ejércitos, las estrellas, y absolutamente todo lo visible e invisible fue creado por Dios. Para su alabanza ha sido todo creado y por ello debemos hacerlo. Esta orden de alabar incluye, los animales, la nieve, la bruma, los montes y prácticamente todo. Es tiempo de albar digamos todos Aleluya.

Salmos 149.
La danza y la música siempre han sido parte de la alabanza a Dios y así permanecerían, pero ¿Que hay de un cántico nuevo? Su pueblo es invitado a ofrecer esta forma de cántico espontáneo. Además este mismo salmo habla de establecer el juicio de Dios, con armas. Nuestras armas no son carnales, recuerda eso.

Salmos 150.
Solo por mencionar algunas de las mas maravillosas cualidades de Dios se nos dice que es santo, poderoso, grande. Alabemos a Dios como dice este salmo con todo instrumento que podamos usar. Y todo lo que respire alábelo. No es una sugerencia es un mandato divino.

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