Salmos 73.
David confiesa los pensamientos que ha tenido cuando ha visto a los malvados prosperar. Ha pensado que tal vez no tenga casa mantenerse puro. Pero también reconoce que si él hubiera hablado esos pensamiento habría pecado gravemente. Antes bien detuvo su lengua y fue a la presencia de Dios y ahí le fue mostrado lo que ocurre a esos malvados y encontró respuestas. El amargarse según Dios es torpe y falto de entendimiento, es mas el que se amarga es comparado con una bestia. Los malos perecerán de repente, mientras que nosotros debemos de tener en Dios nuestra porción. Todo lo valioso para nosotros ha de ser El.
Salmos 74.
Este Salmo suena como una apelación. Los enemigos del pueblo de Dios se han levantado contra los símbolos del Dios del pueblo, es por eso que David le dice a Dios que los destruya. En medio de este salmo hay declaraciones del poder de Dios para someter cosas poderosas en la naturaleza y aun bestias enormes como el leviatán. El clamor por ayuda incluye un desesperado “Acuérdate de tu pacto”.
Salmos 75.
Dios destruirá al impío y al orgulloso. Pero de acuerdo a lo que dice aquí su palabra será en el tiempo oportuno. Mientras tanto sigamos su justicia sin cansarnos.
Salmos 76.
El poder de Dios tiene muchos propósitos pero uno muy importante es declarar su Victoria. Su poder es sobre todo reinado, y siendo el Dios todo poderoso en aquellos tiempos tenía un lugar para manifestar su presencia. Cuando prometemos algo al Dios invencible debemos darlo.
Salmos 77
Este salmo nos ensena que cuando nuestro espíritu desmaya y nos sentimos turbados por causa de lo que estamos viviendo, hay una forma de vencer. Creyéndole a Dios y recordando su grandeza y poder, sus victorias a favor de su pueblo en el pasado. Meditando en sus hechos los cuales son poderosos e incrementen nuestra fe.
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