Malaquías 3.
El pueblo esperaba ansioso la venida del Mesías. Cuando vino unos 400 anos después de esta profecía no soportaron sus palabras, tal como se dice aquí. Palabras que purifican, y que para que tal purificación se lleve a cabo implica un proceso doloroso.
Hechiceros, adúlteros, mentirosos, estafadores de sus empleados en sus sueldos, opresores de viudas y opresores de extranjeros. Todos estos están en la lista de los que esperan un juicio. No se escaparan.
El otro asunto que desagrado a Dios fue el robo en diezmos y ofrendas. El pueblo se hacía de la vista gorda y al parecer no notaban que ya estaban viviendo consecuencias de tales acciones. Dios los llamo al arrepentimiento en esta ocasión e incluso les desafío a ver su recompensa si empezaban a diezmar y ofrendar debidamente.
Aunque un juicio llegara para todos los que se conducen de estas malas maneras, hay algo que Dios va hacer para diferenciar los justos y los perversos. Los primeros, los que siempre piensan en su honra serán tenidos por su especial tesoro y serán guardados para sus propósitos santos.
Malaquías 4.
Mientras que los perversos serán quemados como paja, sobre los justos saldrá el sol de justicia y en sus alas traerá la sanidad. ¡Qué maravilloso! Es un final completamente diferente para unos y para otros. Para ver tales cosas hay algo mas que Dios demanda. Escuchar el espíritu de Elías que hace volver el corazón de los padres hacia los hijos y de los hijos hacia los padres. Cuanto habla de la familia el libro de Malaquías. Dios quiere restaurar familias para evitar que sus ciudades sean malditas.
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