Isaías 36.
Una vez mas vemos la historia en que un rey impío no solo desafía al pueblo de Dios sino al Señor mismo. La arrogancia de Senaquerib se huele a kilómetros al leer acerca de como se atrevió a hablar de cosas que no conocía. ¿ hablas seguido de cosas de las cuales no tienes conocimiento suficiente? Tal acción fue como la tumba de Senaquerib.
Isaías 37.
Podemos ser como Ezequías que pidió a Dios ayuda y oro con sabiduría para ello, o podemos ser como el arrogante ejercito Asirio representado por Senaquerib. Este último murió siendo traicionado después de haber sufrido una derrota aplastante llevada a cabo por Dios mismo. Nosotros elegimos humildad o arrogancia.
Isaías 38.
Ezequías fue un hombre con una relación muy particular con Dios. El supo como orar y poner delante de Dios la evidencia de los enemigos que hablaban de el Señor con menosprecio, pero en este capítulo se nos recuerda que el rey Ezequías también clamo a Dios en tiempo en que se había sobrevenido su final, su muerte. El clamor genuino de alguien que le busca con rectitud jamás es ignorado y en este caso es contestado de la manera esperada. La señal dada de retroceder la sombra 10 grados ha sido corroborada por científicos modernos.
Isaías 39.
El día en que Ezequías decidió presumir todo lo que tenia despertó la ambición de los demás. Es mejor ser recatado y precavido. No se que es peor. El que les mostrara sus riquezas o el que dijera que la palabra de Dios diciendo que todo los que poseía seria llevado a Babilonia era buena. La sabiduría de Ezequías se perdió en algún momento y al final de sus días denotaba su egoísmo al pensar que con que el no viera la destrucción de su nación el se sentía satisfecho. ¿Por qué no clamo por sus hijos como lo hizo por su propia vida?
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