viernes, febrero 18, 2011

Números 31, 32, 33. La fe nos lleva a salir de lo que comodamente vemos para ir a lo que Dios nos tiene.

Números 31.

Dios manda a Israel a destruir a la nación de Madian. El versículo 16 revela que Balaam de quien hablamos hace poco, aconsejo a las mujeres de dicho país para que se mezclaran con los Israelitas y de esta manera les convencieran de adorar a otros dioses. Sabiendo que así Dios los trataría y corregiría. Cometen el error de dejar a las mujeres vivas pero al mandato de Moisés les dan muerte también. El botín es repartido y de todo lo ganado se entrega una ofrenda a Dios. Es un principio importante el de que se les de también a los que no fueron a la guerra ya que se valora la función que llevan a cabo en casa.

Números 32.

Gad y Rubén se quieren quedar de este lado del Jordán, dicen que por que es tierra para ganado y ellos tienen mucho. Es posible que solo no quisieran correr riesgo más adelante por algo que no habían visto. El hecho es que Moisés compara su actitud con la de aquellos que por desanimar al pueblo murieron en el desierto. En consecuencia se comprometen a ir con sus hermanos a conquistar el resto de la tierra que Dios les había prometido al otro lado del Jordán.

Números 33

Es una descripción de los lugares donde se estableció el campamento de Israel durante su paso por el desierto. Después de esta breve mención se repiten algunas normas para la repartición de la tiembla.

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