jueves, febrero 24, 2011

Para vivir con justicia y evitar la pobreza se requiere enpezar por tener a Dios en primer lugar. Deuteronomio 12-16.


Deuteronomio 12.
Dios, conociendo a su pueblo, y sabiendo que eran muy influenciables. Les instruye a destruir todo ídolo que encuentren en el territorio que entraran a conquistar. Pero aun más allá de eso les insta que no copien la costumbre que esos pueblos tienen de ofrecer sacrificios y holocaustos a sus dioses por muchos lugares. Dios escoge un lugar, se le conoce como el santuario único y es ahí donde él quiere recibir las ofrendas. Se les recuerda que la sangre no debe ser comida ya que tiene una función diferente: la expiación. Al final de este capítulo se vuelve a advertir contra la idolatría. Debemos analizar si nosotros levantamos en cualquier parte o tiempo de nuestra vida altares a cosas que no son el Señor. Ídolos de nuestro corazón. O si bien el lugar que Dios ocupa en nuestras vidas es secundario y no le honramos en donde y como él quiere.
Deuteronomio 13.
Si alguno se atreve a persuadir a otro u otros entre la nación a adorar o servir a otros dioses ha de morir. No es un juego. Es algo muy serio y su pecado es detestable a los ojos de Dios. Es claro Dios aun hoy en día tiene el mismo punto de vista acerca de aquellos que hacen pecar a otros. Mateo 18: 6 dice “Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar.” En el texto de Deuteronomio incluso se sentencia a la destrucción total a aquel pueblo que haya cedido a la adoración a dioses ajenos.
Deuteronomio 14.
1 Hijos sois de Jehová vuestro Dios; Es como empieza este capítulo. Un llamado a la santidad es evidente. Pero antes Dios establece la calidad de el pueblo la que se la demanda: SUS HIJOS. La pureza en la alimentación es confirmada en este pasaje. Dios también aclara que la distancia de donde vivan al santuario no es una EXCUSA PARA NO DIEZMAR. Deben venderlo y llevarlo al santuario en la oportunidad posible. No olvidarse de los levitas es también algo que Dios les repite varias veces. Dios quiere que su pueblo entienda que así como el cuida de sus siervos, su nación escogida lo debe de hacer.
Deuteronomio 15.
Tres importantes principios se establecen que llevaran a Israel a ser la nación poderosa que Dios quiere: 1.- La remisión de deudas cada 7 años. Misma que bajo ninguna circunstancia será un pretexto para no ayudar al necesitado siempre que lo requiera.2.-El prestar a los pobres de ente su pueblo. 3.-La ley que le da un trato honroso a los esclavos, les da libertad después de 6 años y les manda con una especie de “liquidación” por sus servicios. Bajo este esquema la pobreza en un país debe ser prácticamente inexistente.
En este mismo capítulo se recuerda de la entrega de los primogénitos de todo ganado y de nueva cuenta se enfatiza a no comer la sangre de animal alguno.
Deuteronomio 16.
El énfasis en las fiestas anuales demuestra la importancia que estas tienen para Dios. La repetición de ellos se debe a que pronto serán un pueblo lleno de actividades así como al hecho de que son una “nueva generación” a la que se les está educando en cuanto a las cosas que Dios anhela de ellos.
“16 Tres veces cada año aparecerá todo varón tuyo delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere: en la fiesta solemne de los panes sin levadura, y en la fiesta solemne de las semanas, y en la fiesta solemne de los tabernáculos. Y ninguno se presentará delante de Jehová con las manos vacías;
17 cada uno con la ofrenda de su mano, conforme a la bendición que Jehová tu Dios te hubiere dado.”
Finalmente un sistema de justicia con Jueces y oficiales en todas las ciudades es una instrucción de Dios para mantener la JUSTICIA EN SU PUEBLO.

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