Capítulo 5
Aunque muchos expertos y comentarios dicen que las leyes en esa etapa de historia no eran avanzadas y las de Dios son muy desarrolladas, siempre he sentido que unas cosas parecen no ser justas. Por ejemplo, en capítulo 5 hay un proceso muy largo para determinar la culpa de una mujer si su marido tiene celos (v. 11-31). Honestamente no creo que es injusta la ley, pero lo que no me gusta es que no hay otra ley que corresponde al hombre si la mujer sospecha infidelidad por su parte. Yo creo que el hombre como la mujer tienen la misma responsabilidad de ser fieles y comprometidos en su matrimonio.
Jesús menciona la importancia de la fidelidad en el matrimonio para hombres también cuando dice, “Pero yo les digo que cualquiera que mira a una mujer y la codicia ya ha cometido adulterio con ella en el corazón” (Mateo 5:28).
Entonces entendemos que el propósito de la ley no es simplemente de no cometer adulterio ni ser celoso, sino vivir en santidad y fidelidad en nuestros corazones.
Nota: eso también aplica a las vidas de personas que no son casados. Guardar el corazón y pureza, ambos emocionalmente y físicamente, es algo que cada persona tiene que hacer.
Capítulo 6
Se me hace muy interesante los votos nazareos. Es una de pocas cosas que hombres y mujeres pueden participar para ser santificados y apartados para servir en el tabernáculo. ¿Cuál propósito tiene una promesa así? Dice en 6:1 que “un voto que lo consagre al Señor como nazareo (NVI)” o “para dedicarse a Jehová (RV1960).” Y ¿que tiene que hacer una persona para cumplir este voto?
a. No tomar vino ni sidra ni comer uvas, ni las semillas o cáscara de la uva (v. 3-4)
b. No cortar el cabello (ni barba) (v. 5)
c. No acercarse con personas muertas (v. 6-7)
d. Ser santo (v. 8)
e. Hacer los sacrificios necesarias (v. 14-21)
La mayoría de la gente tomaba votos nazareos para un tiempo designado, pero había unas personas que vivían así todas sus vidas. (¡¿Pueden imaginar su cabello, si no lo han cortado ni una sola vez?!)
Me encanta la bendición terminando este capítulo (v. 24-26). Disfrútala y créela!
“Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.”
Capítulo 7
Cada tribu de Israel ofreció el mismo sacrificio. Pienso que es significativo que menciona la ofrenda completa de cada tribu por separado. Sería mas sencillo decir algo como, “Todos los tribus de Israel ofrecieron sus sacrificios a Dios. Cada ofrenda incluía: ….(toda la ofrenda).” Así podemos ver que cada tribu era importante delante de los ojos de Dios, y cada uno participaba en la ofrenda para la santificación del tabernáculo y la dedicación del altar (v. 1, 84).
Seguido Moisés ofrece un ejemplo excelente de intimidad en su relación con Dios. Vemos en 7:89 que platica con Dios. “Y al entrar Moisés en la tienda de reunión para hablar con el Señor, oyó la voz que le hablaba desde encima del propiciatorio que estaba sobre el arca del testimonio, de entre los dos querubines, y El le habló.”
Espero que podemos tener esa misma intimidad con el Señor.
Capítulo 8
Vemos la importancia de la pureza y limpieza para Dios. Hemos leído acerca de la purificación de los sacerdotes, y ya toca también a los levitas. No fue suficiente ser “escogido” para servir en el tabernáculo de Jehová; tenían que pasar por el proceso de purificación para ministrar y servir.
¿Cuantas veces tenemos la idea de que queremos servir a Dios, pero así como somos ahorita, y conforme nuestras propias ideas? Es obvio aquí que Dios exige santificación de los levitas para poder servir y para reconciliar a sus hermanos Israelitas también. Y que tienen que hacer las cosas como Dios manda, no conforme sus antojos.
19 “Yo he dado los levitas, como un don, a Aarón y a sus hijos, de entre los hijos de Israel, para que ejerzan el ministerio de los hijos de Israel en el Tabernáculo de reunión, y reconcilien a los hijos de Israel, y no haya plaga entre los hijos de Israel cuando se acerquen al santuario.”
22 “Después de esto, los levitas fueron para ejercer su ministerio en el Tabernáculo de reunión delante de Aarón y delante de sus hijos. De la manera que mandó Jehová a Moisés acerca de los levitas, así hicieron con ellos.”(8:19, 22).
Es una responsabilidad muy grande servir a Dios, porque es ejemplo para muchos otros y también puede ayudar a ellos a conocer a Dios y vivir en mayor santidad. Si tienes esa carga o llamado, cúmplelo con excelencia para el Rey de Reyes.
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