Mateo 8.
Jesús sano a un leproso que se acerco con fe creyendo que podría ser sano, lo sano tocándole sanándolo así también del rechazo que había estado sufriendo, y le dio indicaciones para que reanudara su vida social. Después de eso un oficial romano le pide que sane a su siervo. Hemos leído la historia muchas veces pero una y otra vez asombra la fe de un hombre bajo autoridad. Su ministerio publico ya comenzó y ahora va a casa de Pedro en donde estableció un modelo de evangelizo, Jesús sano a la suegra de Pedro y para la noche ya había muchísima gente ahí buscando una sanidad. Ante los milagros multitudes se unían, pero Dios pone en claro lo que demanda de sus seguidores implica dejar compromisos sociales e incluso vivir en una situación incómoda.
Después de esto Dios hace un milagro en donde ordena al viento y mar obedecerle, con tal poder sus seguidores quedaron asombrados.
Jesús aun tuvo autoridad sobre los demonios, por ello pudo liberar tantos empezando por los gadarenos. Pero la gente prefería ver hombres endemoniados que cerdos muertos.
Mateo 9.
El Señor perdono pecados así como sano gente, su interés era por encima de todo el alma de los que recurrían a él. Mateo es llamado y su hogar se convierte en un oasis para aquellos pecadores en busca de perdón. Jesús por segunda vez hace reuniones en la casa de un seguidor para alcanzar a más personas, haciendo énfasis en la importancia de la misericordia.
El señor estaba preparando a sus discípulos y ante una pregunta de otros discípulos acerca de por qué no ayunaban el dio una lección acerca de quién era (el novio) y el tiempo adecuado para ayunar. En un mismo día resucita una niña muerta y en el camino una mujer que le toca con fe es sanada. Después un mudo endemoniado es sanado, lo cual impacta fuertemente a todos los que lo veían, pues su autoridad era superior a lo que jamás hubieran visto. Jesús declara la falta de obreros para tan grande necesidad. Esta realidad sigue presente en nuestros días. Respondamos al llamado a ser obreros.
Mateo 10.
Jesús escoge a sus doce más cercanos, mismos a quienes da autoridad para empezar a hacer las mimas cosas que él hacía. Les da indicaciones para aprovechar bien el tiempo y en relación a la dependencia de Dios en este primer viaje misionero. Jesús también advierte de las persecuciones que han de venir a sus seguidores, y hace hincapié en que si a él lo trataran mal cuanto más a los que son sus seguidores. Sin embargo hay una palabra de esperanza en relaciona que Dios tiene cuidado de ellos, y aun dice que teman a Dios quien puede matar el cuerpo y el alma, no al hombre ni al enemigo que solo puede matar el cuerpo. El reto es a aun así confesar a Jesús, y estar dispuesto a tomar nuestra cruz y seguirle a toda costa, confiando en sus recompensas a los que le sirvan y a los que reciban a estos.
Mateo 11.
Jesús se dirigió a las ciudades de sus discípulos a ensenar y predicar. Entonces algunos discípulos de Juan el bautista enviados por el preguntaron acerca de si Jesús era el mesías. ¡Después de lo que había visto en el Jordán! Es por eso que Jesús dice que aunque era el más grande de los profetas, Juan seria menor que el más pequeño en el reino de los cielos. En este contexto Jesús condena la incredulidad de ciertas ciudades y personas y declara que los hijos de muchos de los que no creen, han creído y ellos juzgaran a los incrédulos.
El Señor invita a llevar su carga, asegurando que es fácil de llevar cuando hay humildad y mansedumbre en nuestra vida.
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